Toda una combinación de genios al volante para un disco redondo. Bobby Gillespie a los mandos de la nave mostrando como debía ser un showman del nuevo rock´n roll. En la producción el DJ Andrew Weatherall insuflando siempre ese punto electrónico housero ravero. Ambos se conocieron en una fiesta y la chispa saltó.En el diseño de la portada (¿un sol? ¿Un rostro bajo los efectos del LSD tan cercano a la escena en esos días?) Paul Cannell.
Y toda una constelación de hits como "Loaded" "I´m comin down" "Higher than the sun"...
Un disco que unió a los dos vertientes que comvivían en aquellos bonitos años en Reino Unido, por un lado el rock más tradicional de los Stones Roses, heredado por los Oasis y compañía y por otro lado la incipiente escena electrónica de los Orbital, Underworld, The Chem bros...
Un grupo para unirlos a todos. Un disco para unirlos a todos.
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