El 9 de enero en Madrid (Siroco) y el 10 en Barcelona (Sidecar), King Creosote demostrará el porqué de tanto revuelo a su alrededor estas últimas semanas. Todo a raíz de la publicación de su último disco, “Astronaut Meets Appleman”, que salió a principios de septiembre.
Es el álbum cuyas nueve canciones por fin lo están poniendo en el lugar que se merece. No solo fuera de nuestras fronteras, donde está obteniendo una espléndida recepción, con (son solo dos ejemplos) 'Mojo' diciendo que es “su mejor hora de música hasta la fecha” o 'Guitar & Bass' catalogándolo de “hipnótico” y de “encantadora fuerza creativa”, sino también en nuestro país, donde también ha calado.
Justicia poética para esta leyenda del folk-rock escocés, que hasta la fecha ha sacado más de cuarenta títulos y que es también componente de la banda (medio escocesa, medio canadiense) The Burns Unit y fue fundador de Fence Collective en 1997.
Hay una vibración en toda su obra que se presenta sin aparente esfuerzo y que solo puede ser obtenida por alguien que se ha pasado su carrera centrado en su propia música, sin preocuparse por las conversaciones de los chats ni los avances de la discográfica. Él parece bien feliz en esa piel y el tiempo le está dando ahora la razón y la recompensa. Un nombre de culto que por fin rompe el cascarón y sale del rincón oculto.
Ya en 2011 pegó el primer respingo en ese sentido, cuando el disco que hizo con Jon Hopkins, “Diamond Mine”, fue nominado para el Mercury Prize y el Scottish Album Of The Year Award. Cinco años después llega la recompensa con "Astronaut Meets Appleman". Madrid y Barcelona serán testigos de su talento a principios del próximo año. Dos noches de verdadera delicatessen.
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